Según la OMS: “Consiste en un proceso dinámico que envuelve tanto al individuo como a su entorno.”

Si nos enfocamos en años atrás, la participación de personas con discapacidad, ha dado un giro de 180 grados ya que se han incorporado diferentes tipos de métodos y/o herramientas que les han ayudado a la normalización. Lo cual repercute en una mayor longevidad y una esperanza de vida mucho mayor y de más calidad. Al incorporar el concepto Biopsicosocial tras el movimiento de vida independiente, que engloba todos los aspectos de la vida, ha favorecido positivamente a este logro.

Es decir, aun cuando sus condiciones sean menos óptimas, es necesario seguir manteniendo las cosas que antes se consideraban importantes y gratificantes.

En el pasado mes de Febrero, conocíamos la triste noticia del fallecimiento de la persona más longeva de España con discapacidad a la edad de 76 años, una edad impensable antes, ya que las expectativas de vida no superaban los 50 años de edad. Gracias a entidades como ADEPSI, con un modelo centrado en la persona, profesionales cualificados y proyectos más individualizados vemos como las personas con discapacidad logran tener una calidad de vida óptima y una esperanza de vida más larga. Gracias también a actividades terapéuticas, de ocio y tiempo libre, etc, las cuales cada vez se dan más en las diferentes etapas de la vida de la persona con DI: infancia con la atención temprana, adolescencia, juventud y vejez.

Los ítems con los que se trabaja para poder avanzar en su autonomía y el propósito de vida independiente son los siguientes.

• Autodeterminación: un proceso a través del cual una persona se convierte en el principal agente causal de su vida, es decir, tiene total libertad para decidir qué quiere y cómo lo quiere. 

• Autonomía: tener la posibilidad de decidir sobre la propia vida de forma independiente y responsable.

• Autorregulación

• Capacitación psicológica.

• Autorrealización

• Metas y valores personales: expectativas o deseos de la persona con DI

• Elecciones: disponer de distintas opciones entre las cuales elegir de forma independiente según las preferencias personales, por ejemplo, dónde vivir, en qué trabajar, qué ropa vestir, qué hacer durante el tiempo libre o qué amigos tener.

• Inclusión social: “el derecho en igualdad de condiciones de las personas con discapacidad a vivir en comunidad.”

• La necesidad de adquirir competencias: ABVD, AIVD y AAVD.
• Educación: tener posibilidades de recibir una educación adecuada, de acceder a títulos educativos, de aprender cosas interesantes y útiles.
• Competencia personal: disponer de conocimientos y habilidades sobre distintas cosas que permitan un manejo autónomo en la vida diaria, trabajo, ocio y relaciones sociales.
• Desempeño: éxito en las diferentes actividades realizadas.

Estamos convencidos de que vamos por el buen camino, ya que se ha avanzado considerablemente en la atención a las personas con discapacidad respetando sus etapas de vida y adaptando los apoyos a las mismas.